La decisión del oficialismo de unificar su oferta presidencial y que ésta sea encabezada por Sergio Massa no son buenas noticias para Horacio Rodríguez Larreta. No solo porque pesa sobre él (y sobre su candidato a vice, Gerardo Morales) la sombra de una vieja amistad con el ministro de Economía –de la que estará obligado a despegarse-, sino también porque el kirchnerismo hará lo imposible por sacarlo de carrera al buscar polarizar la campaña con Patricia Bullrich, su rival en las primarias de Juntos por el Cambio.